La Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 134 que “La propaganda, bajo cualquier modalidad de
comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos
autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y
cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter
institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En
ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que
impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.” Ante esta
disposición constitucional surge la pregunta de muchos ciudadanos respecto a
por qué los legisladores federales de Acción Nacional han emprendido en
distintos momentos campañas informativas donde se aprecia una promoción
personal en el marco de sus respectivos informes legislativos. La respuesta a
esta interrogante se encuentra en el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales que en su artículo 228, párrafo 5, marca una
excepción a la regla constitucional: “5. Para
los efectos de lo dispuesto por el párrafo séptimo del artículo 134 de la
Constitución, el informe anual de labores o gestión de los servidores públicos,
así como los mensajes que para darlos a conocer se difundan en los medios de
comunicación social, no serán considerados como propaganda, siempre que la
difusión se limite a una vez al año en estaciones y canales con cobertura
regional correspondiente al ámbito geográfico de responsabilidad del servidor
público y no exceda de los siete días anteriores y cinco posteriores a la fecha
en que se rinda el informe. En ningún caso la difusión de tales informes podrá
tener fines electorales, ni realizarse dentro del periodo de campaña electoral.”
En la atención a ambas reglas, es que los legisladores del PAN han difundido
sus informes de labores con el compromiso de informar a sus representados.
Del mismo modo,
la normatividad interna del Partido Acción Nacional impone a sus legisladores
federales la obligación de rendir un informe anual ante su comunidad, acerca de
su actividad legislativa.
Es decir, los
informes que los queretanos hemos atestiguado, son en atención a una obligación
adquirida, pero sobre todo, a un deber asumido. Oportuno sería que todos los
legisladores, sin excepción, hicieran un esfuerzo por informar su paso por el
Congreso Federal para que los ciudadanos puedan calificarlos y conocer el
desempeño de sus funciones.
Necesitamos
senadores y diputados comprometidos con su presencia ante la gente. Muchos
ciudadanos desconocen quién es su representante popular, menos aún saben del
trabajo que realiza o el sentido de su voto en los temas más sensibles. Los
informes pueden ser ese primer acercamiento para vincular a más ciudadanos y fomentar
la participación ciudadana que tanto se necesita.
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