¿Podríamos afirmar que en el
Estado de Querétaro, existe un pluralismo mediático arraigado? ¿Cómo pretende ser
el pluralismo en los medios de comunicación?
Empecemos por definir que el
pluralismo mediático se refiere a la posibilidad que tiene todo ciudadano a
acceder de manera equitativa y plural al máximo de opiniones, ideas e
información; es decir, el pluralismo debe ser un valor que asegure la
diversidad informativa en un entorno social.
La Comisión Europea y la
Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos han concluido que el pluralismo mediático se puede medir a
partir de ciertos indicadores que reflejan el grado de pluralidad de los medios
de comunicación vigentes en un determinado lugar.
En un primer aspecto, se
requiere corroborar la existencia de diversos medios independientes entre sí.
En nuestro Estado éste criterio está claramente dado. En la actualidad existe
un alto crecimiento de los medios de información, están surgiendo nuevas
estaciones y con ellas más espacios informativos en radio y televisión, pero
sobre todo, se tiene la posibilidad y los alcances mismos del internet como una
herramienta y un espacio distinto para informar e informarse.
La Comisión ha establecido
también como un indicador, el hecho de reconocer la difusión ordinaria de opiniones
diversas y contrapuestas. Me parece que en este punto tenemos un enorme reto a
enfrentar. Difícilmente podríamos asegurar que existan, ya no digamos opiniones
distintas, sino opuestas y diferentes entre sí. Tan solo ver o escuchar - y
comparar- la información generada en un solo día para observar que ampliamente
la mayoría de los encabezados, noticias centrales, resúmenes, fotografías,
boletines publicados, son repetida e insistentemente los mismos.
En otro orden de ideas, se
establece la necesidad de una diversificación en la propiedad de los medios, realidad
que sucede en el ámbito local.
Una medición más propuesta
por la Comisión consiste en identificar la influencia de un poder, sea público
o privado, que induzca la formación de una opinión dominante. Si bien, este indicador
pudiese ser el más complicado de analizarse y medirse, es de señalarse que
mientras no exista una transparencia plena en los recursos públicos destinados a
los medios de comunicación, la limitación a la ascendencia de poderes fácticos
sobre los medios de comunicación está en riesgo. Once mil millones de pesos
anuales son erogados por los gobiernos para la contratación de publicidad en
medios. En tanto no se legisle para regular y transparentar los recursos de los
gobiernos a los medios de comunicación no habrá claridad y prevalecerán las
dudas.
Finalmente, el último referente
que establece la Comisión Interamericana tiene que ver con el acceso de los
medios al mayor número posible de ciudadanos. Nuevamente el rol del internet y
de las redes sociales es preponderante, pues apuntala y garantiza la libertad
de expresión e información.
Para vivir en un ambiente
democrático y libre se necesita de la participación ciudadana, a partir de la
información. En la medida en que tengamos mejores condiciones para formarnos de
una opinión, nuestro sistema político será significativamente mejor.