lunes, 2 de diciembre de 2013

Alto a la guerra sucia


La campaña electoral del 2012 estuvo definida por la guerra sucia que imperó en ella. Durante el pasado proceso electoral local, se dejó el antecedente negativo - para el desarrollo democrático de la entidad-  que acusar desde el anonimato, sin fundamentos, ni pruebas, conlleva juzgar a priori a través de opiniones y encabezados. La última campaña evidenció que, en un ambiente democrático y limpio, el partido hoy en el poder pierde y que para muchos políticos el fin sí justifica los medios; en consecuencia que, desde el 2012, la estrategia del partido oficial haya sido escandalizar y desacreditar sin fundamentos. Los ciudadanos lo atestiguaron: la difamación, la calumnia y los dados cargados, fueron el medio para arrebatar espacios públicos. Así, recuperaron la capital del Estado.

 
Tal pareciera que la guerra sucia que sufrimos en el 2012 resurge y pretende extenderse mayor tiempo. Nos encontramos a año y medio de la elección del 2015 y ya encontramos declaraciones, notas, volantes, cuentas de twitter, desacreditando insistentemente a determinadas personas – casualmente todas del PAN- a través de acusaciones anónimas, ajenas a la verdad, pero con una cobertura cómplice.


Aunado a lo anterior, resulta aún más lamentable y preocupante que los casos denunciados por las vías jurisdiccionales no tengan los mínimos avances; que denuncias formales, por ejemplo, en contra de los ex alcaldes priistas de El Marqués y Corregidora estén guardadas en el cajón de la Procuraduría.
 

Reconocemos que los partidos políticos y los gobiernos difícilmente pueden evitar la corrupción, pero si pueden y deben evitar que persista la impunidad. Seguimos esperando pacientemente a que se resuelvan las denuncias formalmente interpuestas.  

 
El tiempo otorga la razón a quienes actúan apegados a la conciencia y al derecho. En su momento se inventaron sin fin de rumores en contra de la anterior administración estatal, hoy, a más de cuatro años, es evidente que tan solo fueron estrategias políticas.

 
En el PAN creemos que un fin bueno requiere medios buenos. Que para gobernar se debe llegar por el senda correcta, que para afrontar a la guerra sucia hay que hacerlo desde el cauce legal.
 

El Instituto Electoral de Querétaro debe hacer un pronto llamado a evitar los linchamientos mediáticos y a promover la cultura cívica de la denuncia formal para preservar las mejores condiciones socio-políticas que enmarcarán los futuros procesos electorales. El IEQ debe fijar su posición firme y clara frente a estos hechos y no resignarse a avizorar un proceso complejo donde la guerra sucia lleve mano.


Los ciudadanos están hartos de los pleitos entre los políticos, si alguien quiere señalar algo, que lo haga mediante la denuncia seria y no solo con declaraciones irresponsables. Así lo haremos en el PAN por congruencia y convicción.

 

 

 

 

 

 

 

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