martes, 3 de diciembre de 2013

Por un pluralismo mediático


¿Podríamos afirmar que en el Estado de Querétaro, existe un pluralismo mediático arraigado? ¿Cómo pretende ser el pluralismo en los medios de comunicación?

Empecemos por definir que el pluralismo mediático se refiere a la posibilidad que tiene todo ciudadano a acceder de manera equitativa y plural al máximo de opiniones, ideas e información; es decir, el pluralismo debe ser un valor que asegure la diversidad informativa en un entorno social.

La Comisión Europea y la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han concluido que el pluralismo mediático se puede medir a partir de ciertos indicadores que reflejan el grado de pluralidad de los medios de comunicación vigentes en un determinado lugar.

En un primer aspecto, se requiere corroborar la existencia de diversos medios independientes entre sí. En nuestro Estado éste criterio está claramente dado. En la actualidad existe un alto crecimiento de los medios de información, están surgiendo nuevas estaciones y con ellas más espacios informativos en radio y televisión, pero sobre todo, se tiene la posibilidad y los alcances mismos del internet como una herramienta y un espacio distinto para informar e informarse.

La Comisión ha establecido también como un indicador, el hecho de reconocer la difusión ordinaria de opiniones diversas y contrapuestas. Me parece que en este punto tenemos un enorme reto a enfrentar. Difícilmente podríamos asegurar que existan, ya no digamos opiniones distintas, sino opuestas y diferentes entre sí. Tan solo ver o escuchar - y comparar- la información generada en un solo día para observar que ampliamente la mayoría de los encabezados, noticias centrales, resúmenes, fotografías, boletines publicados, son repetida e insistentemente los mismos.

En otro orden de ideas, se establece la necesidad de una diversificación en la propiedad de los medios, realidad que sucede en el ámbito local.

Una medición más propuesta por la Comisión consiste en identificar la influencia de un poder, sea público o privado, que induzca la formación de una opinión dominante. Si bien, este indicador pudiese ser el más complicado de analizarse y medirse, es de señalarse que mientras no exista una transparencia plena en los recursos públicos destinados a los medios de comunicación, la limitación a la ascendencia de poderes fácticos sobre los medios de comunicación está en riesgo. Once mil millones de pesos anuales son erogados por los gobiernos para la contratación de publicidad en medios. En tanto no se legisle para regular y transparentar los recursos de los gobiernos a los medios de comunicación no habrá claridad y prevalecerán las dudas.

Finalmente, el último referente que establece la Comisión Interamericana tiene que ver con el acceso de los medios al mayor número posible de ciudadanos. Nuevamente el rol del internet y de las redes sociales es preponderante, pues apuntala y garantiza la libertad de expresión e información.     

Para vivir en un ambiente democrático y libre se necesita de la participación ciudadana, a partir de la información. En la medida en que tengamos mejores condiciones para formarnos de una opinión, nuestro sistema político será significativamente mejor.

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