El fin de semana pasado miles de panistas de toda la
República acudimos a nuestra Asamblea Nacional para aprobar las cuentas del
partido, conocer el informe del Comité Ejecutivo Nacional y ratificar la
integración del Consejo Nacional 2014-2016. Esta ocasión nos permitió reunir al
panismo nacional y coincidir en que el proceso para la renovación del próximo
Comité Ejecutivo Nacional, debe darse en un marco de respeto institucional.
Los Presidentes de los Comités Directivos Estatales
signamos un documento para llamar a los candidatos, dirigentes y militantes a
conducirnos con cordialidad en el discurso y con mesura en las acciones.
Sabemos que todo proceso democrático sortea desafíos, tensa visiones y ocasiona
el contraste de las ideas, pero en tratándose de una elección interna debe de
prevalecer siempre el cuidado al partido. Las campañas deben ser una
oportunidad para fortalecer a la institución y no una amenaza, deben ser motivo
para inspirar y no desalentar, momento para cuestionar proponiendo y reflexionar
sobre la actitud y responsabilidad de cada uno en el ejercicio de la propia
militancia.
La gravedad de hacer prevalecer los ataques injuriosos y
las denostaciones subjetivas, como herramientas de propaganda, deterioran
nuestra imagen ante los ciudadanos y agudizan nuestras diferencias. Podrán existir
opiniones contrarias a ésta que consideren que es preferible el señalamiento al
silencio, pero la responsabilidad exige la denuncia concreta y formal para no
ser juez y parte y no juzgar así desde la óptica siempre reducida de un
proyecto personal o coyuntural. La reforma estatutaria empoderó a los
militantes, ello conlleva mayor responsabilidad individual y compromiso para no
caer en la contradicción de atacar al compañero en pos de la libertad de expresión,
pero exigir el peso de la norma si al que se ataca es a uno.
Tenemos un único objetivo: arribar al 18 de mayo con un
partido fuerte, identificado y decidido a conquistar el corazón y, en su
momento, el voto de los mexicanos. Es hora de que todos trabajemos en ese mismo
sentido. Depende de nosotros que el poder otorgado a la militancia sea una
oportunidad que nos fortalezca y no un chantaje que nos haga regresar a las anteriores
reglas; depende de nosotros que la reforma de estatutos sea un acierto, depende
de nosotros que la historia nos otorgue la razón.
El próximo presidente del PAN será el primer presidente
del partido electo por su militancia de manera directa. Tenemos que honrar esta
nueva tradición democrática con responsabilidad, sensatez y mesura. Somos y
seguiremos siendo el único partido verdaderamente democrático de México y el
partido más dispuesto a obedecer las decisiones de su militancia. Hoy los
militantes panistas tenemos mayor poder de decisión y los dirigentes y
candidatos mayor responsabilidad en la conducción del partido y sus procesos.