lunes, 31 de marzo de 2014

Responsabilidad panista


El fin de semana pasado miles de panistas de toda la República acudimos a nuestra Asamblea Nacional para aprobar las cuentas del partido, conocer el informe del Comité Ejecutivo Nacional y ratificar la integración del Consejo Nacional 2014-2016. Esta ocasión nos permitió reunir al panismo nacional y coincidir en que el proceso para la renovación del próximo Comité Ejecutivo Nacional, debe darse en un marco de respeto institucional.

Los Presidentes de los Comités Directivos Estatales signamos un documento para llamar a los candidatos, dirigentes y militantes a conducirnos con cordialidad en el discurso y con mesura en las acciones. Sabemos que todo proceso democrático sortea desafíos, tensa visiones y ocasiona el contraste de las ideas, pero en tratándose de una elección interna debe de prevalecer siempre el cuidado al partido. Las campañas deben ser una oportunidad para fortalecer a la institución y no una amenaza, deben ser motivo para inspirar y no desalentar, momento para cuestionar proponiendo y reflexionar sobre la actitud y responsabilidad de cada uno en el ejercicio de la propia militancia.
 
 
La gravedad de hacer prevalecer los ataques injuriosos y las denostaciones subjetivas, como herramientas de propaganda, deterioran nuestra imagen ante los ciudadanos y agudizan nuestras diferencias. Podrán existir opiniones contrarias a ésta que consideren que es preferible el señalamiento al silencio, pero la responsabilidad exige la denuncia concreta y formal para no ser juez y parte y no juzgar así desde la óptica siempre reducida de un proyecto personal o coyuntural. La reforma estatutaria empoderó a los militantes, ello conlleva mayor responsabilidad individual y compromiso para no caer en la contradicción de atacar al compañero en pos de la libertad de expresión, pero exigir el peso de la norma si al que se ataca es a uno.   

Tenemos un único objetivo: arribar al 18 de mayo con un partido fuerte, identificado y decidido a conquistar el corazón y, en su momento, el voto de los mexicanos. Es hora de que todos trabajemos en ese mismo sentido. Depende de nosotros que el poder otorgado a la militancia sea una oportunidad que nos fortalezca y no un chantaje que nos haga regresar a las anteriores reglas; depende de nosotros que la reforma de estatutos sea un acierto, depende de nosotros que la historia nos otorgue la razón.

El próximo presidente del PAN será el primer presidente del partido electo por su militancia de manera directa. Tenemos que honrar esta nueva tradición democrática con responsabilidad, sensatez y mesura. Somos y seguiremos siendo el único partido verdaderamente democrático de México y el partido más dispuesto a obedecer las decisiones de su militancia. Hoy los militantes panistas tenemos mayor poder de decisión y los dirigentes y candidatos mayor responsabilidad en la conducción del partido y sus procesos.


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