lunes, 21 de octubre de 2013

Alianzas y acuerdos


La realidad ha exigido a los partidos políticos encontrar mecanismos para propiciar la conciliación y establecer compromisos comunes. El mismo propósito se persigue por medio del Pacto por México que por la firma e integración de alianzas para los procesos electorales federales y locales.

No tengo duda, las alianzas electorales llegaron para quedarse. Las elecciones registradas particularmente en la última década, han estado caracterizadas por la integración de alianzas y coaliciones que han decantado la competencia electoral. No solo en México se han presentado con una fuerte presencia estas tendencias, en diferentes partes del mundo se están enmarcando las elecciones en el terreno de las alianzas electorales. Están los ejemplos claros de Chile, Alemania y Reino Unido, por mencionar algunos, donde incluso se han presentado alianzas entre fuerzas políticas opuestas como el caso inglés donde conservadores y liberales demócratas gobiernan, en coalición, su país. 

En México aún persisten los intentos por desacreditar estos ejercicios democráticos por quienes, paradójicamente, no ganarían la mayoría de sus elecciones si no fueran aliados. Quien más critica las alianzas entre el Partido Acción Nacional y Partido de la Revolución Democrática es el PRI y sus comparsas, que han encontrado con el Partido Verde Ecologista de México y el Partido Nueva Alianza la fórmula para marcar diferencias en las elecciones.

Hoy el Pacto por México puede aportar un nuevo precedente que fomente la compresión de este tipo de herramientas que promueven el acuerdo y la conciliación.

El saldo de las alianzas para con los ciudadanos, ha sido en general positivo. Las críticas a éstas no han tenido eco entre los miles de ciudadanos que han optado por estas fórmulas para que los gobiernen.

Hemos comprobado que el PRI regreso fiel a su pasado y dispuesto a perpetuarse en el poder utilizando al poder mismo en su favor; para lo que ha buscado, en todo la República y en nuestro Estado, lo mismo cooptar institutos electorales, que colegios de bachilleres o delegaciones federales para utilizar los programas sociales con fines partidistas, todo con opacidad, complicidad, impunidad, pero sobre todo, con cinismo.

Los ciudadanos serán los que determinen con su voto si una alianza electoral en su Estado le puede significar un mejor porvenir posible para su desarrollo personal y el de su comunidad.

Me sumo a la opinión de la Senadora Laura Rojas “No tengamos miedo a explorar ni juzguemos a priori todas las posibilidades que la democracia que tanto nos ha costado construir nos ofrece para seguir consolidándola. Al final del día, la decisión está en las manos de cada ciudadano en cada elección, frente a la boleta.”

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