Solo se puede exigir lo
que se está dispuesto a dar. En Acción Nacional podemos hablar de democracia
porque la practicamos. Los legisladores del PAN pueden diseñar y aprobar una
reforma electoral, que tenga por fin consolidar nuestra democracia, porque en
los hechos pertenecen al único partido político en México que la practica.
Dice el politólogo
Jesús Silva-Herzog Márquez que “el
régimen democrático aparece como un procedimiento que abre las puertas de la
decisión a la participación colectiva. No es resultado: es método”. La
democracia en sí misma no es la generadora de bienes, materiales o
espirituales, es como lo define el autor de La
idiotez de lo perfecto, un método y una forma de convivencia que permite y
traza una ruta para la mejor toma de decisiones. En palabras del politólogo
italiano Norberto Bobbio “La democracia es un requisito de civilización.” Y es precisamente
por ello que en el PAN nos corremos el riesgo de ejercerla en cada proceso
interno para la selección de nuestras dirigencias o candidaturas. Justo ahora
nos encontramos a la mitad del proceso de la renovación del Consejo Estatal y
Nacional del partido y nuevamente, fieles a nuestra tradición demócrata, hemos
seguido métodos democráticos para que sean los militantes quienes elijan a los
órganos consultivos de Acción Nacional. Hemos concluido la primera etapa de
selección de propuestas a consejeros mediante la celebración de 18 Asambleas
Municipales donde los militantes respaldaron con su voto a quienes serán sus
próximos representantes ante los Consejos Políticos. Estamos ciertos que en
todo proceso que se precie ser democrático, la discusión, el debate y el
contraste, estarán presentes y podrán reflejar que la división y el encono
prosperan, pero así es la condición democrática. “Nosotros nos exigimos democracia
a nosotros mismos y por eso tenemos la conciencia tranquila... El adversario de
la democracia no es el PAN es el PRI” puntualizaba el maestro Carlos Castillo
Peraza.
Si bien la democracia
conlleva y exige mayores compromisos para su ejercicio, es también cierto que su
camino es complejo. A propósito afirmaba don Winston Churchill, “Lo único que
salva a la democracia es que el resto de las formas de gobierno son mucho
peores.” Es preferible apostar por el método democrático como regla general, a
provocar una rutina autoritaria bajo el pretexto de la unidad simulada como
malamente ocurre en la mayoría de los partidos políticos distintos al PAN.
Cada elección
democrática es una nueva apuesta. Cada elección es una nueva oportunidad para
refrendar el compromiso democrático del partido y para poner a prueba nuestra
sensatez y civilidad política. Cada elección nos permite crecer, pues de la
victoria y de la derrota se aprende.
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