La intención del
Presidente de la Mesa Directiva de la Legislatura Local, el Diputado Braulio
Guerra, por retardar la discusión y aprobación de la minuta de la reforma
político-electoral a fin de modificar la legislación local para - en su interpretación-
mantener al actual Instituto Electoral de Querétaro (IEQ) como autoridad para
el proceso de 2015, levanta a todas luces muchas sospechas.
Se ha dicho por parte
del propio diputado priista, que la votación de la reforma político-electoral
ha sido aplazada a propósito, con el fin de optar anticipadamente por la
modificación de la ley electoral para adelantar el inicio del proceso electoral
a este año 2014 y con ello defraudar la ley y buscar la permanencia del actual
IEQ y evitar que el Consejo General del nuevo Instituto Nacional Electoral (INE)
designe a los nuevos consejeros de los organismos locales en materia electoral.
Acción Nacional está a
favor de analizar la conveniencia de adelantar el inicio del proceso legal, a
pesar de que apenas hace unos meses esta misma Legislatura modificó ya la fecha
de inicio del proceso – habrá que revisar su exposición de motivos-. Ciertamente
se puede rectificar y adelantar aún más el inicio del proceso legal, pero a
efecto de adelantar con ello las distintas etapas del proceso electoral y no
con el único propósito, irresponsable y retrógrada, de evitar la implementación
integral de una reforma que es producto del consenso de todas las fuerzas
políticas y que es fruto del Pacto por México.
El Diputado Guerra como
agorero del destino, ya condenó a priori
los resultados de esta reforma. Braulio Guerra ha cuestionado una reforma que
ni siquiera ha puesto a la discusión y votación en la Legislatura que preside.
¿Por qué el PRI de
Querétaro quiere entorpecer y dilatar la integración de los nuevos órganos
electorales que su propio partido impulsó? ¿Por qué el Diputado Guerra y su
partido no respaldan en esta ocasión la reforma aprobada por su partido a nivel
nacional y promovida por el Presidente Peña Nieto a través del Pacto por
México? ¿Por qué ir en sentido contrario de la reforma político-electoral que permite
la elección de nuevos consejeros nombrados por el nuevo Instituto Nacional
Electoral? ¿Quiere Braulio Guerra pasar al recuerdo como el priista que se opuso
a las reformas del Presidente Peña Nieto?
Muchas preguntas más se
podrán formular a partir de la postura pública del Presidente de la Mesa
Directiva, sin embargo, es oportuno advertir el contexto implícito en el plan
de Guerra.
Acción Nacional le ha cumplido
a México y a Querétaro; el PRI queretano se encuentra inmerso en el dilema de
transformar al país - y con ello al sistema electoral- o enredarse en sus
propios intereses locales y facciosos.
Más allá del IEQ, debemos
ver hacia adelante y no hacia atrás, tenemos en frente la oportunidad de poner
en marcha una reforma política-electoral que busca reglas más equitativas y
justas para consolidar nuestra siempre vulnerable democracia. Por congruencia
respaldemos las reformas estructurales para que México y Querétaro avancen.
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