martes, 14 de enero de 2014

Plan de Guerra


La intención del Presidente de la Mesa Directiva de la Legislatura Local, el Diputado Braulio Guerra, por retardar la discusión y aprobación de la minuta de la reforma político-electoral a fin de modificar la legislación local para - en su interpretación- mantener al actual Instituto Electoral de Querétaro (IEQ) como autoridad para el proceso de 2015, levanta a todas luces muchas sospechas.

Se ha dicho por parte del propio diputado priista, que la votación de la reforma político-electoral ha sido aplazada a propósito, con el fin de optar anticipadamente por la modificación de la ley electoral para adelantar el inicio del proceso electoral a este año 2014 y con ello defraudar la ley y buscar la permanencia del actual IEQ y evitar que el Consejo General del nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) designe a los nuevos consejeros de los organismos locales en materia electoral.

Acción Nacional está a favor de analizar la conveniencia de adelantar el inicio del proceso legal, a pesar de que apenas hace unos meses esta misma Legislatura modificó ya la fecha de inicio del proceso – habrá que revisar su exposición de motivos-. Ciertamente se puede rectificar y adelantar aún más el inicio del proceso legal, pero a efecto de adelantar con ello las distintas etapas del proceso electoral y no con el único propósito, irresponsable y retrógrada, de evitar la implementación integral de una reforma que es producto del consenso de todas las fuerzas políticas y que es fruto del Pacto por México.

El Diputado Guerra como agorero del destino, ya condenó a priori los resultados de esta reforma. Braulio Guerra ha cuestionado una reforma que ni siquiera ha puesto a la discusión y votación en la Legislatura que preside.

¿Por qué el PRI de Querétaro quiere entorpecer y dilatar la integración de los nuevos órganos electorales que su propio partido impulsó? ¿Por qué el Diputado Guerra y su partido no respaldan en esta ocasión la reforma aprobada por su partido a nivel nacional y promovida por el Presidente Peña Nieto a través del Pacto por México? ¿Por qué ir en sentido contrario de la reforma político-electoral que permite la elección de nuevos consejeros nombrados por el nuevo Instituto Nacional Electoral? ¿Quiere Braulio Guerra pasar al recuerdo como el priista que se opuso a las reformas del Presidente Peña Nieto?

Muchas preguntas más se podrán formular a partir de la postura pública del Presidente de la Mesa Directiva, sin embargo, es oportuno advertir el contexto implícito en el plan de Guerra.

Acción Nacional le ha cumplido a México y a Querétaro; el PRI queretano se encuentra inmerso en el dilema de transformar al país - y con ello al sistema electoral- o enredarse en sus propios intereses locales y facciosos.

Más allá del IEQ, debemos ver hacia adelante y no hacia atrás, tenemos en frente la oportunidad de poner en marcha una reforma política-electoral que busca reglas más equitativas y justas para consolidar nuestra siempre vulnerable democracia. Por congruencia respaldemos las reformas estructurales para que México y Querétaro avancen.

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