Podemos afirmar que la
propuesta de reforma energética presentada por el PAN es la más nacionalista e
integral. Así mismo, es una propuesta que busca en todo momento la
modernización y no la privatización, y pretende romper esquemas monopólicos y
abrirse a la competencia justa.
Los monopolios son
ineficientes y corruptos por definición. Petróleos Mexicanos debe dejar de ser
una dependencia monopólica del gobierno y su director dedazo del Presidente. Es
indispensable abrir el sector energético a la competencia y regularlo, pues hoy
México tiene un sector de hidrocarburos más cerrado que el de Cuba y similar al
de Corea del Norte, operado bajo un sistema monopólico cerrado y estatista.
La reforma energética propuesta
por Acción Nacional es congruente con las tesis que desde su fundación ha
sostenido, pues para nosotros el gobierno no tiene la propiedad sino la
rectoría sobre la economía. Es evidente y claro, el PAN sostiene como partido
de oposición lo que propuso como partido en el gobierno.
Se podrá cuestionar que la
privatización de Teléfonos de México - en su momento- no trajo consigo cambios
positivos en la industria de la telefonía, sin embargo, el antecedente fue equívoco
y no cambió: se sustituyó un monopolio gubernamental por otro monopolio privado.
Partimos que el petróleo
barato y fácil se acabó. Hay que recurrir a nuevas energías y a nuevas
tecnologías, lo que significa necesariamente inversión de recursos. Hoy PEMEX
invierte 5 veces más y produce menos. Es la realidad incuestionable, la producción de crudo ha caído más de 800 mil barriles
diarios en los últimos años. A pesar de ello, México es el sexto país
con mayores reservas de gas, aunque de persistir el marco legal actual, PEMEX tardará aproximadamente 30 años en extraer los
recursos en aguas profundas y el gas shale que posee en grandes cantidades.
La discusión sobre la
reforma energética debe romper paradigmas y falsos debates. En primer lugar hay
que señalar que la primera ley después de la expropiación petrolera, permitía
otorgar concesiones y con ello la participación privada. Por otro lado, urge evidenciar
que hoy en día existen pozos con plataformas petroleras operadas por
extranjeros que cargan de crudo a barcos foráneos. ¿Qué es privatizar? Permitir
la participación de privados. Eso, en la práctica, se da en la actualidad.
El petróleo debe monetizarse
al máximo y PEMEX debe tener preferencia en la participación de la renta petrolera.
Las reservas son mexicanas, es decir, los mexicanos somos los dueños del petróleo.
Como bien lo ha
concluido el director general del Instituto Mexicano para la Competitividad
(IMCO), “el éxito de una reforma (energética) dependerá del nivel de inversión
que se atraiga y la renta que genere para el gobierno mexicano”.
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