lunes, 5 de agosto de 2013

La reforma energética necesaria


PEMEX es la única empresa paraestatal monopólica en su ramo en el mundo. Ningún país petrolero, ya sea capitalista, socialista o comunista, mantiene un modelo como el de nuestra petrolera mexicana. Los modelos actuales en el orbe se refieren a empresas públicas dominantes, más no monopólicas. Empresas hegemónicas, pero que permiten la competencia, pues los monopolios son por naturaleza misma ineficientes y generan corrupción.

La propuesta de reforma energética presentada por el Partido Acción Nacional reafirma el principio de que el petróleo es, ha sido y será exclusivamente de los mexicanos. Los principios de doctrina de Acción Nacional consignan que el Estado tiene autoridad, más no propiedad, en la economía nacional. Sostenemos que México es el único propietario de PEMEX pero que es necesario y urgente permitir esquemas intermedios para la apertura a capitales privados y públicos.

Es un hecho que se requiere el desarrollo de nuevas fuentes de petróleo como el shale gas o de inversiones considerables para adquirir tecnología de punta en la exploración de aguas profundas o en yacimientos no fracturados, tal y como sucede en el resto de los países del globo.

A la par, no podemos permitir que el crudo extraído en nuestro territorio nacional se refine en el extranjero a falta de refinerías, por lo que la gasolina, diésel e hidrocarburos retornan a nuestro país con precios ya muy elevados.



La demanda de inversión que se requiere excede con mucho la capacidad de inversión de Petróleos Mexicanos, por lo que se estima la reforma al artículo 27 constitucional para permitir la participación de la iniciativa privada.

Insistimos que PEMEX no se privatiza, se moderniza. Toda empresa, incluidas las extranjeras, están sujetas a las leyes mexicanas. (Más vulnerable está nuestra soberanía al depender de que países extranjeros nos quieran o puedan vender hidrocarburos)

Históricamente Acción Nacional ha mantenido su congruencia en posiciones respecto al sector energético y a la rectoría de la economía. Reconocemos que también desde la oposición se gobierna y por ello nuevamente presentamos la visión para convertir a PEMEX en una empresa fuerte, competitiva, dominante pero no monopólica. Una propuesta que beneficia a México, que generará miles de empleos directos, que fortalecerá la economía nacional.

Defenderemos de nueva cuenta que la economía de libre mercado, con responsabilidad social, es el sistema más eficiente; que la tarea del gobierno es intervenir como regulador de la actividad económica y como protector de los derechos de los ciudadanos; y que la realidad que vive México en materia energética nos debe convocar a romper paradigmas para terminar con un modelo anacrónico, obsoleto y poco eficiente para dar paso a una modernización total que fortalezca a PEMEX y a la economía de todos los mexicanos.

 

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