PEMEX es la única empresa paraestatal monopólica en su ramo
en el mundo. Ningún país petrolero, ya sea capitalista, socialista o comunista,
mantiene un modelo como el de nuestra petrolera mexicana. Los modelos actuales
en el orbe se refieren a empresas públicas dominantes, más no monopólicas.
Empresas hegemónicas, pero que permiten la competencia, pues los monopolios son
por naturaleza misma ineficientes y generan corrupción.
La propuesta de reforma energética presentada por el Partido Acción
Nacional reafirma el principio de que el petróleo es, ha sido y será
exclusivamente de los mexicanos. Los principios de doctrina de Acción Nacional
consignan que el Estado tiene autoridad, más no propiedad, en la economía
nacional. Sostenemos que México es el único propietario de PEMEX pero que es
necesario y urgente permitir esquemas intermedios para la apertura a capitales
privados y públicos.
Es un hecho que se requiere el desarrollo de nuevas fuentes
de petróleo como el shale gas o de inversiones
considerables para adquirir tecnología de punta en la exploración de aguas
profundas o en yacimientos no fracturados, tal y como sucede en el resto de los
países del globo.
A la par, no podemos permitir que el crudo extraído en
nuestro territorio nacional se refine en el extranjero a falta de refinerías,
por lo que la gasolina, diésel e hidrocarburos retornan a nuestro país con
precios ya muy elevados.
La demanda de inversión que se requiere excede con mucho la
capacidad de inversión de Petróleos Mexicanos, por lo que se estima la reforma
al artículo 27 constitucional para permitir la participación de la iniciativa
privada.
Insistimos que PEMEX no se privatiza, se moderniza. Toda
empresa, incluidas las extranjeras, están sujetas a las leyes mexicanas. (Más
vulnerable está nuestra soberanía al depender de que países extranjeros nos
quieran o puedan vender hidrocarburos)
Históricamente Acción Nacional ha mantenido su congruencia en
posiciones respecto al sector energético y a la rectoría de la economía. Reconocemos
que también desde la oposición se gobierna y por ello nuevamente presentamos la
visión para convertir a PEMEX en una empresa fuerte, competitiva, dominante
pero no monopólica. Una propuesta que beneficia a México, que generará miles de
empleos directos, que fortalecerá la economía nacional.
Defenderemos de nueva cuenta que la economía de libre mercado,
con responsabilidad social, es el sistema más eficiente; que la tarea del
gobierno es intervenir como regulador de la actividad económica y como protector
de los derechos de los ciudadanos; y que la realidad que vive México en materia energética nos
debe convocar a romper paradigmas para terminar con un modelo anacrónico,
obsoleto y poco eficiente para dar paso a una modernización total que fortalezca
a PEMEX y a la economía de todos los mexicanos.
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