lunes, 12 de agosto de 2013

Adelantados


Una vez concluido el proceso para la reforma estatutaria del Partido Acción Nacional, son oportunas las siguientes reflexiones. En primer término, es importante poner en una justa dimensión lo ocurrido en la Asamblea Nacional Extraordinaria, que no solo significó un episodio intenso en la vida de Acción Nacional, sino que resultó en un ejercicio fiel a una de sus más claras tradiciones: la libertad para disentir, oponerse y expresarse en el marco de un proceso democrático e institucional.

En el PAN, decía Carlos Castillo Peraza, cada vez que discutimos lo plantean no como un ejercicio democrático con sus propios riesgos, sino como una guerra civil. No están acostumbrados a que se discuta. En el Revolucionario Institucional no se discute y el caudillismo del PRD no tiene un debate detrás. Nosotros, en cambio, nos corremos el riesgo de discutir, de discutir en público.

El resultado, un nuevo estatuto que más allá de empoderar al militante para qué elija de manera directa a sus dirigentes partidistas de todos los niveles, dota de mecanismos a la institución para mejorar sustancialmente nuestra competitividad electoral. De ser validado el nuevo estatuto por el Instituto Federal Electoral, será un facilitador para el cumplimiento de los objetivos estratégicos trazados en el plan de acción del PAN en Querétaro. Por un lado, nos facultará con claridad a reservar distritos para el cumplimiento de las cuotas de género, y por el otro, nos obligará a las dirigencias a iniciar con antelación los trabajos internos para perfilar a nuestros futuros candidatos.

Está claro, el nuevo estatuto nos permitirá adelantarnos a otros partidos políticos. De ahí la necesidad para que brote la unidad interna en torno a objetivos, a esfuerzos, a aspiraciones legítimas desde la pluralidad. Unidad que debemos proyectar a una unidad mayor, a la que brota del mismo principio, la que surge del ideal compartido, la que no pide la renuncia de las aspiraciones personales sino que las incluye y las purifica dentro de los motivos espirituales

En Acción Nacional - lo vimos en la Asamblea Nacional- entendemos que no estar de acuerdo, no significa traicionar ni dividir; es más, debemos partir que el primer acuerdo es que no estaremos todos y en todo de acuerdo, pero que debe imponerse el orden y el respeto institucional.

En el PAN estamos dispuestos. En Querétaro, tenemos una militancia comprometida que se ha adelantado en la reflexión y que se quiere apartar de la soberbia y el conformismo; contamos con servidores públicos que honran su mandato y que se han adelantado a trabajar del lado de la gente; estamos integrando estructuras cada vez más vivas con actores políticos con presencia y respeto; estamos adelantándonos en todo al otro partido. Así, no tengo duda que volverá el orden al gobierno y el gobierno del orden.

 

No hay comentarios: