lunes, 19 de agosto de 2013

Difícil de creer


Nuestro país en un largo proceso de democratización, fue creando instituciones ciudadanas y procesos democráticos para desterrar los cacicazgos y el manipuleo del voto y de los votantes. Ante ello, Acción Nacional nace en 1939 como resultado de la convergencia ciudadana en aras de optar por la democracia como sistema de vida y no únicamente como medio electoral; los mexicanos no solamente desconfiaban de sus autoridades, sino de los mismos procesos de elección; mientras en el PAN, se elegían democráticamente a sus candidatos y dirigentes, en el PRI todo se decidía desde la presidencia de la República. Sorprendido estoy del “gran” anuncio que hiciera el Partido Revolucionario Institucional en Querétaro en voz de su dirigente, quien con bombo y platillo advirtió que Querétaro será el primer estado – para el PRI- en realizar un ejercicio democrático de elección interna, refiriéndose a que al Frente Juvenil Revolucionario le será otorgado, no como derecho, sino como vulgar concesión, la posibilidad de elegir por primera vez a través de la democracia  a su dirigente en el estado; después de 40 años, es decir, desde su origen en que nunca se había realizado de esta forma abierta y libre.

En Acción Nacional, la primera asamblea para elegir democráticamente al presidente de la secretaría de la organización juvenil, como se llamaba en ese entonces, fue en 1986. La segunda asamblea nacional fue en 1989 y así de manera sucesiva y permanente cada tres años la juventud panista elige a su secretario nacional de Acción Juvenil, como se llama en la actualidad.

En el orden local, cada secretario estatal y municipal de Acción Juvenil se elige por un período de dos años también de forma democrática. Un dato más, será el 28 de septiembre de este año, teniendo como sede la ciudad de Irapuato, Guanajuato, cuando todos los jóvenes panistas de entre 18 y 25 años podrán votar para elegir al próximo secretario o secretaria nacional de Acción Juvenil, de nueva cuenta y con una tradición permanente, en forma democrática.

Resulta difícil de creer que el PRI pueda salir avante en un proceso democrático pues la democracia no está en su alma fundacional, ese partido está inficionado de palabras huecas que han llegado a perder toda connotación a fuerza de ser empleadas como proyectiles lanzados para que nos creamos lo que no son; pues convencidos están - y así funcionan- de que “percepción es realidad”. Ya lo sentenciaba Don Efraín González Luna, “no se trata de amasar nubes, sino de transformar realidades”.

No cabe duda, con este anuncio de implementar el primer proceso interno democrático en el sector juvenil del PRI, ¡después de 40 años!, su dirigencia ha evidenciado lo obvio: poco oficio político y nula vergüenza pública.

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