El Partido Acción Nacional celebró su
décimo séptima Asamblea Nacional para reformar sus Estatutos, misma que habrá
de tener una próxima sesión para concluir los amplios trabajos que implican
reestructurar su vida interna y vincularse mejor con la sociedad.
De esta Asamblea se observa imperante
reformar la forma de reformar nuestro Estatuto general. La Comisión de
Evaluación y Mejora, con sus propios alcances y limitaciones, destino más de
seis meses para analizar, discutir, razonar y argumentar, muchos de los cambios
que contenía el original anteproyecto de reforma estatutaria; mientras tanto el
Comité Ejecutivo Nacional - órgano facultado para ello- aprobó el proyecto
final en un solo día y la Asamblea Nacional, como máxima autoridad, lo hizo en
el mismo plazo, en un solo momento, teniendo en el fondo de algunas
modificaciones: arengas y opiniones con cargas emocionales vertidas por un
delegado numerario y no necesariamente sostenidas con argumentos trazados.
La creación y el propósito de la
Comisión de Evaluación y Mejora no fueron decisiones discrecionales, fueron un
mandato del Consejo Nacional. En ella se escucharon a los distintos órganos del
partido, a la militancia, a analistas externos y expertos. La forma de reformar
no debe ignorar ese trabajo.
Sin perder o sin disminuir la carga y
esencia democrática, se pueden encontrar otros esquemas para reformar, de la
mano de los militantes, pero con la profundidad necesaria; para lo cual es
menester atender a razonamientos jurídicos, políticos, al derecho comparado, a
los informes y estadísticas disponibles.
El formato actual privilegia el
desorden y fomenta el cansancio. Responsabiliza a los que presiden pero permite
irresponsabilidades fuera de su control. Es tan democrático que puede
confundirse con populismo animando por ocurrencias. No se debe abusar de la
democracia.
Es momento para valorar otras vías
para hacer cambios estatutarios. Dotar conjuntamente al Consejo Nacional y a
los Consejos Estatales para reglamentar a partir de lograr un Estatuto conceptual,
sencillo y garantista.
Dice un gran amigo y gran panista:
"La mayoría de las equivocaciones de los panistas es que cuando deben de
pensar, sienten; y cuando deben sentir piensan. Razón y sensibilidad, en ese
orden, pero sin que falte ninguna".
Esta primera parte de la reforma se
caracterizó por el sentir de muchos y ello significó cambios de forma y de
fondo.
Ante todo, cambios positivos y
triunfos de la militancia, extrañados y postergados, pero que hoy se
conquistaron sin resistencia alguna: las dirigencias estatales y la nacional
serán electas por los militantes y los consejeros nacionales en cada estado.
Este primer paso de la reforma nos
lleva a acentuar los valores democráticos del partido y ello en sí, debe ser
positivo y bien recibido.
Acuerdos hay y habrá que traducirlos
en disposiciones articuladas, siempre listos para seguir continuando en una
reforma inconclusa que debe iniciar por cambiar su forma de reformar.
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