La Comisión
Nacional Organizadora para la Elección del Presidente e Integrantes del Comité
Ejecutivo Nacional del PAN, determinó que será en mayo cuando más de 220 mil
panistas en el país, tendremos el derecho de elegir a nuestra próxima dirigencia
nacional.
Se ha
definido que las campañas internas inicien de manera formal el 19 de marzo y
concluyan el 17 de mayo, para lo cual, la Comisión Organizadora se ha
comprometido a garantizar un piso parejo,
respetando y velando por la vigencia de los principios de imparcialidad,
legalidad y equidad, al mismo tiempo de ser escrupulosos en el origen y
fiscalización de los recursos que los candidatos utilicen durante el proceso
electivo.
En tanto,
distintas voces han solicitado y promovido la suscripción de un “Pacto de Civilidad”
entre los aspirantes a presidir el nuevo Comité Ejecutivo Nacional, a lo que
surge la siguiente pregunta: ¿Para qué un Pacto de Civilidad? La respuesta es
acorde a la realidad: para reencauzar la disciplina partidista y animar el
respeto institucional. En los últimos meses hemos encontrado expresiones de
encono que pudieran deteriorar la imagen pública del partido. A pesar de que la
normatividad interna contempla expresamente la prohibición de ventilar asuntos
o conflictos internes en instancias ajenas al partido, o bien atacar de palabra
o hecho a las dirigencias – so pena de sanción-, ha sido común encontrar
declaraciones irresponsables que no se acompañan de denuncias formales en las
instancias intra partidistas o judiciales y que únicamente buscan el descrédito
como propaganda política.
Sin duda,
los panistas merecemos campañas de ideas, de contraste crítico, sin acusaciones
vacías que atentan contra el orden y el respeto.
La
conveniencia de la firma de un Pacto de
Civilidad y Respeto es manifiesta. Las tradiciones del PAN deben
permitirnos una contienda de madurez política, en donde nadie ponga sus
intereses personales o de grupo por encima de Acción Nacional. Los panistas creemos
en el respeto a la dignidad de las personas; la calumnia, la difamación y la
denostación atentan contra ella.
A favor
de un “Pacto” que garantice un mínimo de respeto y a favor de la aplicación
irrestricta de la normatividad que guíe la generalidad del proceso.
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